Red de Ciudades Patrimoniales: Uno de cada tres cubanos vive en una ciudad patrimonial. Los beneficios de que gozan van desde la recuperación de inmuebles y espacios públicos, hasta el atendimiento de grupos vulnerables. La creación de una facultad universitaria y de ocho Escuelas Taller en siete provincias también hacen parte de los logros de la Red instituida en 2008.
El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recibió en el Palacio de la Revolución a los miembros de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, para un primer encuentro. Estuvieron presentes también el primer ministro Manuel Marrero Cruz y la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh.
Díaz-Canel subrayó la necesidad de preparar a las estructuras del Gobierno municipal, sobre la base de toda la autonomía, las facultades y competencias que se están delegando en los municipios. El objetivo, dijo el Jefe de Estado, es que “tengan fuerza capacitada que pueda desarrollar, dirigir y protagonizar estos procesos de conservación, restauración, rescate y promoción de nuestra memoria histórica. Hay que preparar a los intendentes y a los presidentes de las asambleas municipales”.
La Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba ha sido instituida en diciembre de 2008, con la misión de apoyar la gestión en el manejo de las ciudades históricas, y promover y coordinar trabajos de restauración, arqueología y cuidado de los valores patrimoniales. En un inicio estuvo conformada por las ciudades patrimoniales de La Habana, Santiago de Cuba, Camagüey, Trinidad y Cienfuegos. Luego se fueron sumando Bayamo, Baracoa, Sancti Spíritus, Remedios y Matanzas, y más recientemente Viñales.
Con un modelo de gestión que apunta al desarrollo integral de la ciudad patrimonial y considera a la cultura como el motor impulsor del desarrollo y al ser humano como el sujeto fundamental de ese proceso, la Red aplica un enfoque cuyo camino está enfocado en la sostenibilidad económica, el desarrollo local, la participación ciudadana y la recuperación de los valores.
Sin embargo, como subrayó el Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, Omar López Rodríguez, los valores patrimoniales son valores adquiridos, no intrínsecos, y por eso “hay que inculcarlos, hay que llevarlos a las personas; y estas ciudades son la mejor demostración de ello, son los reservorios más importantes de ese patrimonio cultural que tenemos”.
Las oficinas tienen su origen en la Oficina de La Habana, fundada por Emilio Roig de Leuchsenring en 1938, y continuada luego por Eusebio Leal Spengler desde el año 1967.